miércoles, 5 de enero de 2011

El Renacer

Ya me bastaba...
Ya llevaba tres días encerrada en mi cuarto,...sin comer, sin poder dormir. Solamente pensando. Pensaba..."cuando muera, ¿alguien llorara por Mi? ¿Me extrañara alguien? ¿Hasta cuándo podre aguantar este dolor? ¿Seré importante para alguna persona?".No tuve respuesta alguna para esas preguntas, no quería seguir encerrada pero no quería salir & encontrarme con personas que conocía y me conocían. Hasta que...esa mañana me decidí. Abrí la puerta de mi cuarto; baje las escaleras tratando de ser lo más sigilosa posible, casi, como un alma en pena no quería seguir encerrada...necesitaba respuestas...necesitaba...pensar. Incluso estaba dispuesta a acabar con mi vida, con esta vida que me tenía sumida en la oscuridad...esa vida que hace mucho tiempo me dio la espalda. Sí no encontraba una respuesta. Quería ser Feliz... ¿Feliz?... ¿Qué es ser "Feliz"?... ¿Quién es "Feliz"?... ¿Cómo podía ser..."Feliz"?...muchas más de esas preguntas se acomodaron en mi mente.

Deben haber sido las 8 de la mañana cuando salí de mi hogar, caminaba y caminaba sin rumbo, pero eso no me importaba solo pensaba, no sabía ni me importaba donde estaba...En el momento que tome conciencia de aquello; me di cuenta de que estaba en un parque; más bien un parque solitario; pero no era un parque cualquiera, tenía algo especial...ese parque...ese mismo parque...era donde mi padre me llevaba cuando estaba pequeña, donde jugaba conmigo y me dejaba jugar con niños de mi misma edad, todo eso cambio cuando se fue de casa...debo haber tenido unos 7 años...habían pasado ya 9 años y ya no sabía nada de él desde que eso pasó. Aún muchos fueran los años ese recuerdo me destrozó, me eche a llorar como nunca había hecho durante 1 año completo de hecho como nunca durante toda mi vida...había reprimido mis lágrimas hasta más no poder; sabia que en algún momento iba a explotar pero no sabia cuando. Lloré y lloré no podía creer lo que había vivido & estaba viviendo...por primera vez, sentí que ya a nadie le importaba.

En todo momento había estado sentada al pie de un árbol un "Sauce Llorón", como le dicen por acá, recordé que ese era el lugar donde con mi padre a veces hacíamos un picnic, mas lágrimas se resbalaron por mis mejillas...de repente comenzó a correr el viento y con él, el susurro de una voz...

- Nadiaaa... - escuché. Miré para todos lados, pero no vi...no vi...Nada.

Estaba un poco asustada; no sabía que era o quien era...tome un poco de valor...y dije:

- ¿Quién es? ¿Quien anda ahí? - Nada. - ¿Quién eres? ¿Que quieres? - de nuevo no hubo respuesta.

Estaba a punto de pararme y echarme a correr lejos de ahí, pero algo me detuvo; sentí algo cerca de mí. Y de repente algo en el hombro como una...mano...apoyada en mi hombro; no me atreví a mirar a esa persona, aunque sabía que tarde o temprano debía hacerlo, estaba congelada; no me atrevía a hacer nada...respire...tome aire y gire la cabeza...

- Padre...pa...pá...¿Eres Tú?...¡E...eres Tú! - me temblaba la voz no podía creerlo, hacia 9 años que no veía una fotografía de él y menos lo había visto. No recordaba su rostro, pero de algo estaba segura...era él.

- Ya han pasado 9 años desde la última vez que te vi, has crecido mucho... - me di cuenta de que tenía la vista borrosa, estaba llorando...otra vez. Esta vez no por tristeza ni por los malos recuerdos que me invadían la mente hace un rato, esta vez era de Felicidad...estaba "Feliz"; ya recordaba que era ser "Feliz”. También me di cuenta de que a él le comenzaron a correr las lágrimas al igual que a mí.

- ¿Que has hecho todo este tiempo? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me has llamado o tratado de contactarme? ¿No sabes cuánto te he extrañado?... - mil y una preguntas que él no me respondió. - Por favor...respóndeme...necesito saberlo...

-He querido contactarte pero siempre me arrepiento, ya que no quería seguir haciéndote daño; has sufrido bastante a causa mía...

-Es que...no lo entiendes...yo...entiendo que no quieras que sufra...pero necesitaba saber como estas, te he extrañado mucho...durante 9 años siempre me he preguntado como estas; donde estas; si algún día volverás...aunque trates de alejarte siempre vas a seguir siendo mi padre...mi papá... - se me escuchaba la voz quebrada. Ahora sabía que lloraba de pena.

- Tranquila...ahora no me alejare mas de ti...siempre estaremos en contacto...lamentablemente...no podre volver a casa; pero recuerda que estaré ahí para ti cuando lo necesites - con esas palabras deje de llorar. Porqué estaba Feliz se me plasmo una sonrisa en la boca no me había sentido así de feliz, desde hace mucho tiempo. Estuvimos horas conversando, de repente, papá sacó una carta de su bolsillo y me la dio, decidí leerla cuando llegara a casa; así que la guarde en el bolsillo delantero de mi pantalón. Cerré los ojos con alivio y tranquilidad...Ya era tarde, más o menos las 7 de la tarde en horario de verano, no me había dado cuenta cuando se fue, me desilusione y supuse que todo había sido un sueño comencé a llorar, otra vez. Me fui a casa.

Todavía había luz de sol cuando llegue, quería desmayarme y quedar en coma, quería morir ahí mismo, de todos modos a nadie le importaba; mi madre no volvería dentro de un mes; ya que estaba en otra ciudad por su trabajo y la única persona que siempre estaba en casa era la empleada María que cuidaba de mí y me alimentaba & ayudaba en lo que podía; pero estaba en el supermercado comprando las cosas que faltaban en casa. Pase por la cocina me dirigía al refrigerador cuando pase al lado de la ventana que le daba directamente luz a un cuchillo que estaba sobre la despensa, me quede maravillada con su brillo y con el filo de la hoja. Lo tome. Lo pose sobre mi muñeca izquierda y lo deslicé suavemente sobre ella viendo como un hilo de sangre corría sobre mi piel. Sentía el dolor...quería sentirlo...inesperadamente...

- ¡Ya llegue!... ¿Nadia que haces en la co...? ¡¿Que has hecho?! - hoy la voz de María; con un tono serio súbitamente abandonado a un tono de preocupación y espanto. Gire la cabeza y la vi; con los ojos como platos mirando el suelo donde un charco de sangre yacía a mis pies. Le respondí con una sonrisa un poco atontada y burlesca. De pronto todo se me hacia borroso y...
me desvanecí.



Soñé...soñaba en cómo era y había sido mi vida, era muy unida con mi hermano; con mi madre; con mi familia en general; pero sobretodo con mi papá hasta los 7 años; luego de eso mi vida cambio radicalmente lo que hablaba eran dos a cuatro palabras normalmente, escasamente sonreía o me hallaba feliz; siempre permanecida sola en la escuela nadie se me acercaba, ya que era muy callada; los pocos amigos que tenia los fui perdiendo con los años; ya me hallaba sola en la escuela, siempre, todos me miraban como si fuera rara; como una escoria, gracias a ello mi autoestima estaba por los suelos; no me atrevía a fregarles en la cara que no era lo que ellos pensaban pero la última vez que acontecí hacerlo fue en 8° Año, recordaba claramente como dos chicas me habían mirado con desdén y después de haber pasado a su lado las escuche blasfemar sobre mí. Algunas de las cosas que escuche eran:”Mírala debería irse de la escuela para dejar de dar lastima”, “¡Sí! No tiene ninguna amiga, no presta atención en clase, ni siquiera sé que es lo que hace acá” y “Y ni siquiera habla, ni modo es solo una escoria mas”. La ultima oración fue la que me saco de quicio, asique me gire y le grite desafiante.
- ¡Natalia…! - sabía su nombre puesto que estábamos en la misma clase de Idiomas, nunca fui cercana a ella ya que era la más popular de la clase y se dedicaba a humillarme; nunca lo lograba del todo - ¡…si eres tan osada, dime lo que acabas de decir, pero a la cara! - Giro la cabeza pero no hubo respuesta - ¡Asique ya no tienes cojones! ¡Eh! - al principio me miraba con cara de temor pero al momento que me vio relajo sus gestos y volvió a mirarme con desdén (igual que siempre).
- He dicho que ¡Eres una escoria más, aquí! – me acerqué a ella con ánimos de darle una hostia, de modo que quedara inconsciente, total, poco me importaba. Todos se dieron cuenta del conflicto y se dedicaron a observar. Le dirigí un puñetazo a la cara pero solo conseguí darle un leve golpe en el hombro, unos segundos después sentí un impacto en la nariz,…la muy puta me había golpeado la nariz y todos la celebraban y alababan, mientras yo seguía tirada en el suelo desangrándome, sino fuera porque uno de los asistentes me vio y me arrastro a enfermería para que me trasladaran al hospital; no sé qué hubiera pasado. Al otro día pensaba que todos lo habrían olvidado. Me equivoque. Era la burla de toda la escuela y como siempre Natalia la heroína.
En cuanto llegue me mandaron a la dirección para hablar con el director sobre lo que había pasado el día anterior, pensé que él me entendería y castigarían a la puta de Natalia, pero de nuevo… ¡Me equivoque!...le fui lo más sincera posible para que me creyera, pero no me fanatizo ninguna sola palabra. TODA la escuela había defendido a Natalia y me gratificaron a mí como la mala de la pelea y la que empezó. Lo último era prácticamente cierto, sin embargo no completamente…aunque lo otro era una completa mentira, no obstante nadie me creía. Desde ese momento estaba fichada en la escuela, me iba de casa y volvía a esta con la cabeza gacha. No me atrevía a mirar a nadie a la cara ni a los profesores que me regañaban por lo mismo…
Deje de recordar y volví a soñar, el mismo sueño que tuve horas antes, volví a soñar con mi padre…
Luego todo se me fue desvaneciendo todo, mi padre...TODO...a mi alrededor. Estaba empezando a abrir los ojos, no comprendía nada, no sabía dónde estaba, todo era confuso...
- Ya ha comenzado a abrir los ojos, Doctor - la voz de una mujer, dirigí la mirada a donde provenía la voz, una mujer con no más de 25 años con una blusa de manga corta y unos pantalones; ambos de tela blanca - ¿Debemos llevarla de inmediato a cuidados intensivos o hacerle un chequeo primero?
- Lo ideal sería hacerle un chequeo primero, ya que ha perdido mucha sangre, y luego dejarla en cuidados intensivos si el caso es muy grave. - la voz de un hombre, supuse inmediatamente que debía ser el doctor - ¿Puedes hablar? ¿Aunque sea tu nombre?
- Ceee....cr...creo que un pc...poco - se me dificultaba un poco el habla - me llam...o...Na...dd...Nadia. - solo pude pronunciar esa frase, nada más.
- Te realizaremos un chequeo para ver como estas y si es necesario te llevaremos a cuidados intensivos ¿ok?
- Est...tt...a biien.
Así fue; me realizaron un chequeo; y como había dicho el doctor, perdí mucha sangre mientras me trasladaba al hospital. Por lo que estuve a cuidados intensivos durante 3 semanas.
Al momento de salir me entregaron mi ropa & me fui a cambiar; vi que cayó algo al suelo, no me importo mucho, sin embargo al terminar lo recogí...era la carta que me había entregado mi padre. En ese momento supe que lo que aconteció no fue un sueño...fue Real. Una sonrisa de oreja a oreja me cubrió el rostro, me atreví a rasgar el sobre para leer su contenido:

Querida Hija:
Si estás leyendo esto es porque por fin te he encontrado...después de años de no saber de ti, nada, quiero decirte que estoy muy feliz por ello. Ahora poder verte, decirte cuanto te he extrañado, se que fui un cobarde por irme; se que lo que hice estuvo mal; pero lo que sé que estoy seguro es que solamente tú vas a saber perdonarme.
No quería volver, tenía miedo de que me rechazaras, no me recordaras o peor aun hacerte daño otra vez. Te quiero contar de que nunca te saco de mi mente; siempre me pregunto: “¿Como estas?, ¿Me recordaras? ¿Qué será de tu vida? ¿Me extrañaras? ¿Cómo te sentirás?”; pero sobre todo: “¿Me perdonaras por lo que hice?”.
Sé que han pasado años pero siempre seguiré siendo tu padre, tu papá…no lo puedes negar y yo tampoco. No quiero seguir estando lejos de ti, cuando naciste siempre pensé en que quería verte crecer y no pude por presuntuoso. De verdad lo…lo lamento, lo cierto es que no podre volver a casa nunca más, pero, prometo visitarte y estar en contacto contigo. Porque no quiero que sigas sufriendo más. Solo espero que hayas comprendido con esta carta.
Atte. Tu Padre o Papá

Desde el momento en que volví a casa, fue como si volviera a nacer. Ya no me sentía triste, me uní mas con mi familia; retome mis amistades; ya no estaba sola; la vida se acostumbro a sonreírme desde ahí en adelante ya siempre llevo la frente en alto, aun tenga un problema que me atemorice ya nada es como antes…ahora es mucho MEJOR.